Yo, ella y aquella...

19 de abril, 17 hs, peatonal Lavalle, centro porteño, 31,8º

Vendedora, Señora en sus sixties, y GB:

S: Quiero dos pilas, de las chicas... eh... las comunes!
V: Las Duracell salen tres pesos cada una...
S: Bueno nena... quiero dos.
V: Sírvase (y le da las pilas en un paquetito de cuatro, abierto)
S: Pero cómo! ¿No me las vas a probar? ¿Y si no andan?
V y GB: (...)
S: Yo quiero que las pruebes... eso, eso! traé el probador...
V: No, mire señora, mejor le abro un paquete nuevo.
S: Ay! si, mejor... (la vendedora abre el paquete y le da dos pilas) No, dame las cuatro! Te dije que quiero las cuatro!
V: Bueno...
S: ¿Me las dejás probar?
V: Señora no tenemos un "probador" de pilas...
S: ¿Y si no me andan? ¿Cómo sé que van a funcionar?
V: Y bueno, señora... el paquete está cerrado!
S: ¿Y no podés probarlas?
V: No, señora, no tene... (no le deja completar la frase)
S: Ah bueno, entonces no! Tomá! (y se las devuelve)
GB: Disculpame (sonrisa cómplice) ¿bencina Zippo tenés?
V: (sonrisa cómplice) no me quedó, pero en el kiosko de la esquina de Maipú seguro tienen!
GB: Gracias!
S: Nena! Tendrían que tener un probador, porque la gente...