20.7.08

Manifiesto de los Inquilinos


Un fantasma recorre Buenos Aires, el fantasma de los alquileres. Todas las fuerzas de la patria se han unido en santa cruzada para aumentar el valor de ese fantasma: los propietarios e inmobiliarias, las empresas constructoras y de turismo, los radicales sojeros y los saqueadores europeos.

La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, burgueses y obreros, propietarios e inquilinos, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.

De esto hecho resulta una doble enseñanza:
Que los alquileres están ya reconocidos como el servicio que más aumentó en los últimos 4 años.
Que ya es hora de que los inquilinos expongan a la faz del mundo entero sus problemas, sus miedos y desesperación, que opongan a la leyenda del fantasma de los alquileres una real dimensión y un manifiesto para la solución de este acuciante problema.

Inquilinos de todos los barrios, uníos!

18.7.08

Tarkan...

Navegando por la página de myheritage y viendo los absurdos parecidos con famosos, hoy llegué a esto...


Me juzgará la Historia...


12.7.08

Soy lo que soy... lo que soy soy!

Eres sensual, sexy y le calientas la sopa a todos los que se te crucen. Te gusta mostrar el abdomen, las piernas, el pecho... en fin. Usas ropa extremademente apretada y mantienes una actitud hot hasta cuando vas al baño. Tienes una risa un poco orgásmica y todos tus amigos te tienen ganas. Pero cuidado, por que la mayoría te ve como un objeto sexual pero no para tener una relación seria contigo. Usa un poco menos de escote y trata de ser más natural, eso puede ayudar.

2.7.08

El tubo celeste...

Cada línea de subterráneos de esta ciudad tiene algún rasgo particular. Pero sobre todo la A, con esas estaciones que parecen congeladas en la década del 20, y esos precarios y bamboleantes vagones, que lo hacen sentir a uno un poco como salido del tiempo. Y no sé si encontraré eco en otros subtenautas, pero a mi viajar en la línea A a veces me causa una sensación Cortazariana, como si la realidad que dejé en la superficie se transformara en otra cosa ahí abajo, que se siente -casi- igual, pero que en en el fondo es distinta. ¿Cómo puede ser -me pregunto siempre- que estén aún estas publicidades antíquisimas en las paredes? ¿Será un gesto de respeto al pasado? ¿O una especie de museo originalmente involuntario? Y si es así, ¿Porqué dejan que luzcan tan ajados los carteles, tan descoloridos los mosaicos? Preguntas, preguntas. Pero la A tiene un rasgo aún más misterioso, con el que no pueden competir ni la D con sus estaciones chetas, ni la B con sus trenes orientales que no quisieron desprenderse de sus carteles de advertencia en japonés, y ni siquiera la C con sus andenes plagados de sugestivos arabescos. La línea A esconde una estación abandonada. Mejor dicho, dos estaciones abandonadas, Pasco Sur y Alberti Norte; si uno está mirando distraídamente por la ventana (y es que no hay otra forma de mirar una ventana que da a un paredón negro) puede verse sorprendido por su aparición, tan fugaz como repentina. Incluso, si tiene suerte, podrá el atónito pasajero comprobar que las paredes conservan afiches y marquesinas, como testigos polvorientos de épocas mejores.



Lo aterrador es lo que sigue:
Se cuenta que un antiguo operario de la estación Sáenz Peña concurrió a los sanitarios en horas de servicio y encontró en ellos a un hombre degollado sobre un charco de sangre. De inmediato el atribulado empleado dio el alerta al personal de seguridad de la estación, quien acudió rápidamente a inspeccionar el lugar, encontrando el sitio en perfectas condiciones y sin ningún rastro de violencia. El veredicto fue unánime: se trataba de una alucinación.

Al día siguiente, volvió a repetirse la situación, aunque el protagonista fue esta vez otro empleado. Durante largo tiempo, muchos fueron los trabajadores que afirmaban haber visto al degollado en el baño de esa estación.

Otra historia de aparecidos tiene como escenario el tramo comprendido entre las estaciones Alberti y Pasco, aunque su figura central esta vez es una extraña mujer en traje de novia. Cuentan los dichos que se trata del fantasma de una joven a la que su prometido abandonó ante el altar, circunstancia por la cual la muchacha habría salido intempestivamente de la iglesia y se habría arrojado a las vías del tren. Otra versión, más romántica aún, señala que la ceremonia del casamiento se realizó pero al tratarse de una unión concertada por los padres de los novios, la muchacha prefirió suicidarse al salir de la iglesia antes de contrariar su propia voluntad. Otra historia cuenta que dos obreros italianos murieron en ese lugar durante la construcción de la línea en 1913, y hay gente que dice que hoy se pueden ver, con miradas tristes, sentados sobre los andenes abandonados de Pasco Sur y Alberti Norte...